Por Amparo Andrés Machí
A raíz de una conversación que tuve con una persona recientemente sobre la libertad, me puse a darle vueltas y dilucidar en qué consiste exactamente esa libertad. Ese misterioso término que todos conocemos, pero que nadie sabe perfilar exactamente, quizás debido a que su significado es interpretable desde distintas ópticas que lo deforman.
Schopenhauer decía que existen tres clases de libertad: la libertad física la libertad intelectual y la libertad moral. Estas tres libertades se explican de la siguiente manera: La libertad física, que constituye el concepto de libertad más popular y extendido “Yo quiero hacer algo y lo hago”. Consiste en la eliminación de cualquier obstáculo físico que impida el acto volitivo. Por tanto, esta libertad no depende exclusivamente de nosotros, pues en ella se involucran factores externos que podemos o no eliminar.
La libertad mental o intelectual consiste en la libertad de pensamiento. Obviamente, esta es una libertad intrínseca del ser humano que no se nos puede impedir, excepto cuando el pensamiento se quiere hacer público, entonces sí que puede haber un factor externo que lo impida, una censura social o unos condicionamientos que lo modifiquen de alguna forma, pero el ser humano, en su acto volitivo puede ser capaz de ser libre. Su pensamiento, sin embargo, puede tener limitaciones físicas o circunstanciales, de índole biológica o cultural que nos pueden impedir utilizar esta libertad.
Siempre se ha dicho que el saber te da libertad pero…¿es esto cierto? en mi opinión, creo que muchas veces el conocimiento, sobre todo cuando es muy especializado, puede mermar la capacidad de relacionar unas ideas con otras, es decir, el acto de pensar, al tener automatizados los procesosen una sola área, y, por tanto, puede mermar nuestra libertad al ver las cosas desde un prisma demasiado reducido a determinados conocimientos. El conocimiento o saber auténtico debe ser entonces holístico para que se de una verdadera libertad, es decir el conocimiento debe ser enriquecido desde diversas perspectivas para alcanzar una libertad de pensamiento mayor. A mayor perspectiva, mayor libertad también.
¿Y qué ocurre en las personas que no han recibido educación adecuada o sufren incapacidad mental?, ¿pueden tener esa libertad? Serían libres en cuanto a sí mismos se refiere, en su capacidad de raciocinio, porque lo que no se conoce no se puede cuestionar, pero sería una libertad muy limitada, y no lo serían en relación a los demás instruidos, pues nunca podrían alcanzar el grado de pensamiento de alguien que ha sido ilustrado y educado, por tanto estarían en desventaja. Sin embargo la ignorancia puede hacer libre a una persona en el sentido de que, al no tener conocimiento, tampoco se necesitaría. El caso de la libertad limitada por el saber o condicionada por este, de forma que la erudición puede ser un handicap para la libertad porque de alguna forma nos condiciona y en consecuencia, la ignorancia sería una liberación.
Y por último está la libertad moral verdadero artífice de nuestra libertad personal, ya que la moral es algo que se aprende y se nos enseña e impone desde niños. Según Gastón Courtais, los niños reciben la educación de la conciencia hacia los cinco años, y es esa educación la que se manifestará a lo largo de nuestra vida.
La conciencia como manifestación de una moral o ética es lo que va a regular toda nuestra vida social e individual. El
desarrollo de una conciencia ética en el ser humano permite que la Humanidad no se destruya a sí misma, pero también nos condicionará en nuestra libertad si esa moral es una moral construida dentro de algún sistema dogmático (religiones o ideologías extremas) que no permita al hombre realizar actos volitivos sin pasar por un filtro determinante. A veces esta moral puede ser tan rígida que realmente haga sufrir al hombre por esa falta de libertad que él mismo se impone y no es capaz de cambiar. Entonces el acto volitivo en sí se vuelve imposible y el hombre carga con esa sensación de culpa que le impide ser libre. Por tanto la moral entendida como ética es saludable y muy valorable para la libertad del desarrollo humano, sin embargo la libertad aprisionada en sistemas de valores muy rígidos o dogmáticos no producen al hombre felicidad, sino que lo somete, quedando mermada su libertad. Las motivaciones humanas son las herramientas que conjugan estas tres formas de libertad y en ella se basarán. El derecho y su consecución es el que garantiza las libertades individuales dentro de la libertad social. Aún así, siglos y convenciones sociales o culturales serán determinantes para el ser humano, que no siempre aceptará y serán fuentes de conflicto lo suficientemente importantes como para impedirle la libertad real y, a veces, la felicidad.
(Metamorfosis, Chiado editorial)
Foto: Mariposa. L. Orlando.