Por Emi Zanón
<<Cambiar es conectarse a un sueño, creer en el futuro cuando todavía no se puede percibir con los sentidos>>.
Joe Dispenza
Cuando este artículo escribo falta exactamente un mes para que se celebren las cuartas elecciones generales en España, en cuatro años. Quizá, cuando tú lo leas, falten unos pocos días o ya se hayan celebrado y tengamos unos resultados que poco o nada difieren de las anteriores elecciones, viendo la falta tan acusada de liderazgo político; viendo el desencanto general.
¿A qué se debe esta falta de liderazgo político? ¿Por qué se están perpetuando viejas estructuras? La respuesta a estas preguntas es muy sencilla, no hace falta pensar demasiado, viene al instante: por el egoísmo.
El mundo externo es un reflejo de nuestro mundo interno. Lo hemos venido diciendo en numerosos artículos. Tenemos los gobiernos, los líderes que hemos generado a nivel interior como colectivo, como mente común, como campo unificado de conciencia de nuestra especie al que se refiere el ilustre psicoanalista Carl Jung y al que cada individuo hace su propia aportación con sus emociones y pensamientos. Y esto está sucediendo a nivel global: en todo el Planeta estamos sufriendo una falta de liderazgo político.
Los paradigmas o modelos político, económico, medioambiental, sanitario… basados en el gran Paradigma Mecanicista, están colapsados. Han llegado a su fin. No nos sirven. No nos sirven porque no contemplan al ser humano y al Planeta Tierra desde una visión holística, integradora, como un Todo.
El egoísmo es consustancial al ser humano; es una de las directrices básicas de supervivencia desde el momento en el que nacemos. Sin embargo, conforme vamos creciendo y evolucionando vamos desarrollando la empatía y el amor hacia los demás siendo conscientes de que somos unidades interconectadas en un sistema que se autorregula: cuando algo no funciona se desecha.
Es el momento de desechar los valores de explotación y competición que nos han llevado a la situación actual. Es el momento de cooperación y autosuperación personal. Es el momento de enseñar a nuestros hijos inteligencia emocional con nuestro propio ejemplo. Si queremos tener unos gobernantes que les guíe una auténtica vocación de servicio a los demás, y no unas siglas políticas determinadas y sus propios intereses, hemos de empezar a nivel individual a hacer un trabajo interior que nos haga conscientes del gran poder que tienen nuestros pensamientos y emociones dentro de esa mente común, de ese campo unificado de consciencia de la Humanidad. Como decía Ghandi: <<Sé el cambio que quieres ver en el mundo>>.
Joe Dispenza, uno de los científicos cuánticos más relevantes de nuestro tiempo, dice que una gran mayoría de las personas necesita el sufrimiento para decidirse a cambiar. Pero también podemos cambiar desde un estado de bienestar y de alegría mediante el proceso de soñar una nueva vida.
El modelo actual neurocientífico dice que podemos cambiar en cualquier momento nuestro cerebro con cada nuevo pensamiento. Vamos a soñar un futuro hermoso, solidario, cooperador… Vamos a soñar con unos líderes políticos que contemplen sus acciones dentro del nuevo Paradigma Holístico. Vamos a soñar que, con nuestro cambio individual, nuestra aportación energética amorosa y solidaria a ese gran Todo, vamos a hacer posible un mundo mejor.