A partir de las la conferencia presentada con fecha 28 de Octubre por el psicoanalista lacaniano Fabiá FajnWaks con el título “gramática del amor y del goce masculino y femenino” y su posterior inauguración del Seminario de textos del Instituto del Campo Freudiano con la introducción al seminario XX de J. Lacan “Aún” quiero exponer algunas de las cuestiones que fue planteando teniendo como eje principal el recorrido desde un amor fundamentalmente imaginario, autoerótico, narcisista hacia un amor más enraizado en lo real de la falta de relación armónica con el otro, y en tal sentido menos ilusorio y narcisista.
En la conferencia (y la introducción al Seminario) Fabián nos abre a esta dimensión del Amor más allá del narcisismo y de la posibilidad de inventar un amor diferente. Si bien en todo enamoramiento los amantes intentan hacer fusión, la experiencia analítica posibilita el estar más advertidos de las repeticiones del fantasma, del modo propio en que cada sujeto goza queriendo en vano colmar o completar al partenaire afectivo.
Ya Freud en la “introducción al Narcisismo” nos habla de esta componente narcisista que en su origen prima en toda relación amorosa, en tanto el otro se constituye como una proyección de lo que habríamos sido o de lo que nos hubiera gustado ser. Del mismo modo la elaboración analítica permite revelar las identificaciones alienantes que nos han constituido como objetos de amor para los otros que han sido nuestros partenaires privilegiados.
Por un lado existe un tipo de amor donde nuestra relación queda supeditada a complacer, completar al Otro. Es un amor con esta componente autoerótica y narcisista en la medida que procura la satisfacción de sí mismo tomando al otro como una prolongación o proyección imaginaria de nuestros ideales sin realizar. Sin embargo, cabe pensar otro tipo de amor en tanto se ama al otro por un rasgo propio, por aquello que el otro es.
Este otro amor menos narcisista, lejos de proporcionarnos un amor fusional, vendría a establecer una máxima distancia (Rilke), una separación irreductible o una diferencia absoluta. No se trata de la distancia de la incompatibilidad o del no tener nada que compartir, sino del preservar un cierto vacío que nos dota a cada sujeto de nuestra singularidad más propia.
Lo paradójico de este amor estriba en cómo saber hacer, en cómo crear las condiciones para desear una relación amorosa que ame esta distancia, que ame la castración en tanto el otro, el partenaire afectivo no puede colmarnos como se espera en un amor total, exclusivo y excluyente de otros lazos sociales significativos fuera de la pareja.
Para ilustrar esta distancia entre el amor y el goce como dos registros de problemática convergencia, Fabián puso en contraste por un lado el amor en la modalidad del amor cortés donde la Dama se sustrae sexualmente al trovador, de modo que esté solo puede acceder a tener un lazo sublimado a través de sus producciones poéticas.
Por otro lado la escritora M. Duras en su libro “La maladie de la mort” (el mal de la muerte) plantea en dicho novela como crear una relación cuando se contratan los servicios de una prostituta del amor. Es decir como tal prostituta y a diferencia de la Dama, sí que estaría disponible para acceder a mantener relaciones sexuales, pero las condiciones previamente estipuladas se la requiere para amarla y no para gozarla, por tanto la pretensión es la de establecer una relación amorosa.
La reciprocidad en el amor en el aforismo de Lacan “la relación sexual no existe” hay que entenderla paradojicamente desde la radical asimetría, desde la imposible reconciliación del Hombre con La Mujer, (o en términos más estrictamente lacanianos, susceptibles de ser desarrollados en otro momento, la escisión existente entre el goce fálico, masculino con el goce femenino). Esta disimetría se presenta como el rasgo del otro que nos hace signo, señal y nos afecta, sin llegar a saber bien qué es. A diferencia del amor como proyección imaginaria el rasgo que odiamos en el otro podemos decir que es más real, auténtico, más objetivo en lo que revela de nosotros mismos. El odio se equivoca menos en el rasgo odiado que el amor en el rasgo amado, que esta investido por la idealización narcisista
Qué quiere decir la relación sexual no existe? Lacan plantea que no puede escribirse en sentido lógico la unión de los términos Hombre y Mujer. Lacan se interroga sobre la manera en que cada ser hablante no solo se relaciona con el otro sexo, sino de cada ser hablante como inscribe su pertenencia sexuada en cuanto a saber qué es lo que nos hacer ser y sentirnos hombre y en qué ser y sentirse mujer. Plantea una asunción simbólica de la posición sexuada, goce masculino y goce femenino según que cada sujeto, sea hombre o mujer, se sitúe más del lado exclusivamente del goce masculino, también fálico, autoerótico, o “idiota” o por el contrario el goce sea capaz de efectuar una deriva hacia el goce femenino, más abierto a lo imprevisible, a la contingencia, y a la alteridad de lo realmente “hetero”, accediendo a un amor menos narcisista.
Podemos decir que el acceso a lo realmente “hetero” es una dificultad real tanto para el hombre como para la mujer, al estar el goce masculino escindido del goce femenino, en tanto lo femenino representa el Otro sexo, el Otro de sí mismo para ambos sexos.
Esto no quiere decir que no existan las relaciones sexuales, sino que estas siempre quedan mediatizadas por el fantasma de cada cual, que hace posible los encuentros siempre marcados por un cierto malentendido. Fabián cita el encuentro que tiene lugar de dos amantes en un baile de máscaras, con la particularidad de cuando estos se encuentran y se despojan de las máscaras, ocurre que él ya no se corresponde con la imagen idealizada y viceversa).
Dado que es una evidencia que las relaciones sexuales existen, podemos decir que gracias al autoengaño y malentendido que subyace en el lado imaginario e ilusorio del amor, tienen lugar las relaciones sexuales mediatizadas por los fantasmas de cada uno que posibilita los encuentros amorosos.
Condensando mucho el nudo de lo que Fabián Fajnwaks nos ha transmitido, podemos decir que el seminario “Aun” da cartas de nobleza al Amor entendido como pasar a una modalidad de amor narcisista y de un goce fálico, (autoerótico e idiota) a una nueva relación de amor menos narcisista y abierta al malentendido, la contingencia y lo imposible.
En definitiva un amor donde quede preservada la singularidad de cada sujeto, yendo más allá del amor narcisista hacia un amor donde prime y cobre relieve lo más propio y diferente del otro. Un amor que pretende ir más allá del lalaismo o goce “idiota” en tanto satisfacción del parloteo sin sentido y cerrado sobre sí mismo, para acceder a un goce regido por un nuevo lazo amoroso menos autoerótico y más inspirado por las resonancias poéticas.